sábado, 2 de enero de 2016

Fechas- Acontecimientos

Noviembre -                                     ALEXIS CARREL


Alexis Carrel




SEMBLANZA DE ALEXIS CARREL Nació el 28.6.1873 – falleció el 5.11.1944
Alexis Carrel: médico, biólogo y pensador francés, que unió la materia y el espíritu. Fue un extraordinario ejemplo de un hombre de ciencia abierto a las honduras del pensar.
La influencia de los consejos de su madre, determinaron su personalidad moral y su fe cristiana.
En Lyon, en 1893, inició sus estudios en medicina. Rápidamente, atraería la atención de sus colegas por sus aportes a la cirugía experimental vinculados al transplante de venas y órganos, el rejuvenecimiento artificial de tejidos cultivados, y la técnica operatoria de la anastomosis vascular.
En 1903, llegó a Lourdes con un tren de enfermos peregrinos. Presenció la milagrosa curación de una jovencita que padecía una peritonitis tuberculosa. A pesar de la imposibilidad científica de esta curación, Carrel, movido por una genuina honestidad intelectual, da testimonio de su realidad en el libro de comprobaciones médicas en la oficina de Lourdes. La reacción de sus colegas fue furiosa. Todo el ámbito académico se transformó para él en una continua borrasca hostil. Entonces, luego de cuatro meses de
cavilaciones en Paris, decidió trasladarse a Canadá para dedicarse a la agricultura y ganadería.
Pero el destino lo llevó allí al Hospital General de Quebec. Los médicos de aquella institución hospitalaria lo convencieron para que continuara sus investigaciones en medicina experimental. Luego se estableció en Chicago. Allí, recibió la devastadora noticia de la muerte de su madre. Logró superar la amarga pérdida mediante un frenético ritmo de trabajo. Carrel descolló no sólo como investigador sino también como conferencista reputado.
En 1912, se le concedió el Premio Nobel de Medicina por sus innovadores aportes en el campo quirúrgico.
En 1916 actuó como médico voluntario en la primera guerra mundial. Allí siempre permaneció cerca de los campos de batallas más feroces.
En 1933 fue convencido para plasmar en una obra sus reflexiones que unían la inquietud humanista con la experimentación científica. Así, nació La incógnita del hombre, obra que se convertiría en una suerte de Biblia para una generación ávida de trascendencia.
En 1935, surgió su idea de fundar una institución que se abocara a "una reconstrucción del hombre civilizado". Carrel manifestó entonces: "es necesario un centro del pensamiento sintético, una institución consagrada a la integridad del conocimiento que podría llamarse ¨Instituto del Hombre o de la Civilización¨".
En 1941 escribió "La conducta en la vida". Cuando estalla la Segunda Guerra, regresó a su Francia natal para colaborar con sus compatriotas.
Su corazón dejó de propagar su sabiduría en este mundo el 5 de noviembre de 1944.
 (de Wikipedia)                                        Esteban Ierardo

Extraído de "La Conducta en la Vida"
 El desarrollo de la personalidad.
Es preciso que el ser humano, nivelado por la vida moderna, recupere su personalidad. Los sexos deben ser
nuevamente definidos en forma nítida. Importa que cada individuo sea, sin equívocos, hombre o mujer,
que su educación le impida manifestar las tendencias sexuales, los caracteres mentales y las ambiciones
del sexo contrario. Importa luego que se desarrolle en la riqueza específica y multiforme de sus
actividades. Los hombres no son máquinas fabricadas en serie. Para reconstruir su personalidad, debemos
romper los moldes de la escuela, de la fábrica y de la oficina, y revisar inclusive los principios de la civilización tecnológica.
Una revolución semejante está lejos de ser imposible. La renovación de la educación es realizable sin
modificar demasiado la escuela. Sin embargo, el valor que atribuimos a esta última debe cambiar. Sabemos
que los seres humanos, como individuos que son, no pueden ser educados en masa; que la escuela no es
capaz de reemplazar la educación individual dada por los padres. Los profesores llenan a menudo en forma
satisfactoria su papel intelectual. Pero es indispensable además desarrollar las actividades morales,
estéticas y religiosas del niño. Los padres tienen en la educación una función que no pueden abdicar, para
la cual deben estar preparados. ¿No es raro que una gran parte del tiempo de las mujeres jóvenes no esté
dedicado al estudio fisiológico y mental de los niños y a los métodos de su educación? La mujer debe ser
restablecida en su función natural, que no es sólo dar a luz a los niños sino también educarlos.
Lo mismo que la escuela, la fábrica y la oficina no son instituciones intangibles. Ha habido, en otros
tiempos, una forma de vida industrial que permitía a los obreros poseer una casa y campos, trabajar en su
propio hogar, a la hora que querían y como quisieran, hacer uso de su inteligencia, fabricar objetos
íntegros, tener el placer de la creación. Hoy día es preciso restituir a los trabajadores esas ventajas. Gracias
a la energía eléctrica y a las modernas máquinas, la pequeña industria se ha convertido en capaz de
emanciparse de la fábrica. ¿No podría también la gran industria ser descentralizada? ¿No sería posible
hacer trabajar en ella a todos los jóvenes de la nación por un corto período, como el del servicio militar?
De este modo se llegaría a suprimir el proletariado. Los hombres vivirían en pequeños grupos, en lugar de
formar rebaños inmensos. Cada uno conservaría, en su grupo, su valor humano propio, dejando de ser
rueda de máquina y volvería a ser individuo. Hoy día el proletariado tiene una posición tan baja como la del
siervo feudal. Nadie menos que él puede soñar en evadirse, ser independiente, mandar a otros. Al
contrario, el artesano tiene la esperanza legítima de ser un día patrón. Lo mismo el campesino propietario
de su tierra, el pescador dueño do su barca, aunque sometidos a un duro trabajo, son dueños de sí mismos
y de su tiempo. La mayor parte de los trabajadores industriales podrían tener una independencia y una
dignidad análogas. En las oficinas gigantescas de las grandes corporaciones, en los almacenes tan vastos
como ciudades, los empleados pierden su personalidad como los obreros en las fábricas. De hecho, han
llegado a ser proletarios. Parece que la organización moderna de los negocios y la producción en serie
fuesen incompatibles con el desarrollo de la persona humana. Si es así, es la civilización moderna y no el
hombre la que debe ser sacrificada.
Si reconoce la personalidad de los seres humanos, la sociedad estará obligada a aceptar su desigualdad.
Cada individuo debe ser utilizado según sus caracteres propios. Tratando de establecer la igualdad entre
los hombres, hemos suprimido particularidades individuales que eran muy útiles, porque la dicha de cada
cual depende de su adaptación al género de su trabajo. En una sociedad moderna hay muchas tareas
diferentes, por lo cual es preciso, pues, variar los tipos humanos en lugar de unificarlos, y aumentar esas
diferencias por la educación y los hábitos de vida. En lugar de reconocer la diversidad necesaria de los
seres humanos, la civilización industrial los ha comprimido en cuatro clases: los ricos, los proletarios, los
campesinos y la clase media. El empleado, el profesor, el agente de policía, el pastor, el médico pobre, el
sabio, el profesor universitario, el almacenero, que constituyen la clase media, tienen más o menos el
mismo género de vida. Estos tipos tan diferentes están clasificados juntos, no según su personalidad, sino
según su posición económica. Es bien evidente, sin embargo, que no tienen nada de común. La estrechez
de su existencia ahoga a los mejores, a aquellos que son capaces de mejorar, que tratan de desarrollar sus
potencialidades mentales. Para ayudar al progreso social no basta contratar arquitectos, comprar acero y
ladrillos, construir escuelas, universidades, laboratorios, bibliotecas, iglesias. Es preciso dar a los que se
dedican a las cosas del espíritu el medio de desarrollar su personalidad según su constitución innata y su
idea! espiritual. Lo mismo que las órdenes religiosas crearon durante la Edad Media un modo de existencia
propicio al desenvolvimiento de la ascesis, del misticismo y del pensamiento filosófico.
No sólo la materialidad brutal de nuestra civilización se opone al vuelo de la inteligencia, sino que aplasta a
los afectivos, a los dulces, a los débiles, a los aislados, a aquellos que aman la belleza, que buscan en la vida
otra cosa que el dinero, cuyo refinamiento soporta mal la vulgaridad de la existencia moderna. Antes, estos
seres delicados o incompletos podían desarrollar su personalidad libremente. Unos se aislaban y vivían en
sí mismos; los otros se refugiaban en los monasterios, en las órdenes hospitalarias y contemplativas, donde
encontraban la pobreza y el trabajo, pero también la dignidad, la belleza y la paz. A los individuos de este
tipo, será necesario proporcionarles el medio que les conviene, en lugar de las adversas condiciones de la
civilización industrial.
Existe todavía el problema no resuelto de la multitud inmensa de los deficientes y de los criminales. Estos
cargan con un enorme peso a la población sana: el coste de las prisiones y de los asilos de alienados, de la
protección general contra los bandidos y los locos es, como lodos sabemos, gigantesco en nuestro tiempo.
Se ha hecho un esfuerzo ingenuo por las naciones civilizadas para la conservación de seres inútiles y
nocivos. Los anormales obstaculizan el desenvolvimiento de los normales. Es necesario mirar de frente
este problema. ¿Por qué la sociedad no dispondría de los criminales y de los alienados en forma más
económica? No puede continuar pretendiendo que discierne los responsables de los irresponsables,
castigar a los culpables, suprimir a los que cometen crímenes de los cuales son moralmente inocentes. No
es capaz de juzgar a los hombres, pero debe protegerse contra los elementos que son peligrosos para ella.
¿Cómo hacerlo? Ciertamente no construyendo prisiones más grandes y más cómodas, lo mismo que la
salud no será mejorada con la construcción de hospitales más grandes y más científicos. No haremos
desaparecer la locura y el crimen sino por un mejor conocimiento del hombre, por la eugenesia, por
cambios profundos de la educación y de las condiciones sociales Pero, mientras tanto, debemos ocuparnos
de los criminales en forma efectiva. Acaso sea necesario suprimir las prisiones, que podrían ser
reemplazadas por instituciones mucho más pequeñas y menos costosas. El tratamiento de los criminales
menos peligrosos por el látigo, o por cualquier otro método más científico, seguido de una corta estancia
en el hospital, bastaría probablemente para asegurar el orden. Cuanto a los otros, a los que han asesinado,
que han robado a mano armada, que han raptado niños, despojado a los pobres, engañado gravemente la
confianza del público, un establecimiento eutanásico, provisto de gases apropiados, permitiría disponer de
ellos en forma humana y económica. ¿No sería el mismo tratamiento aplicable a los locos que han
cometido actos criminales? No se debe dudar en ordenar la sociedad moderna con relación al individuo
sano. Los sistemas filosóficos y los prejuicios sentimentales deben desaparecer ante esta necesidad.
Después de todo, es el desarrollo de la personalidad humana el objetivo supremo de la civilización.





Últimas reflexiones del autor de "Alexis Carrel, su vida y su obra" - Roberto Soupault:
La filosofía marxista, cuya atracción intrínseca reconoció,  se le aparecía como una maldición planeando sobre la tierra... El materialismo, que al hacer abstracción de toda primacía espiritual que conduciría a fin de cuentas a la anulación del alma del individuo, de la criatura de Dios, se oponía totalmente a su pensamiento.
Fue un "depurado".(...) Era preciso suprimir para siempre todo lo que, de cerca o de lejos, pudiera recordar la antigua Francia tradicional; todo lo que tenía un carácter y un alma difíciles de manejar. De ahí que sea fácil el recapitular la lista de todos aquellos que fueron eliminados o neutralizados, lista en la cual conciencias sobresaltadas harían fácilmente sugestivas aproximaciones. Siempre en virtud del mismo sistema, los modernos herejes fueron marcados con el hierro candente: nazistas, fascistas, quintacolumnistas, indignos y traidores .¡Bueno fue el juego!
Exponiendo de antemano, como vengo de hacerlo, el ambiente y las pasiones de las cuales era la expresión, Carrel tenía que formar parte de los "depurados". Entraba en los datos de la ecuación. Esto era matemático.
....Creía él en la libertad de opinión y usaba hasta el extremo de la libertad de expresión. Decía todas las verdades, aun cuando no todas las verdades sean buenas para ser dichas. No aceptaba que las gentes trataran de oír sólo lo que les complacía oír. .....Preconizaba la austeridad en medio del abandono, exhortaba a la intransigencia en pleno momento de "combinaciones". Quería la preeminencia del deber sobre el derecho y exaltaba el esfuerzo a costa del goce. Desde lo alto de su fama, su voz podía tener demasiado eco. Aborrecía los dogmas nuevos de la estatocracia y en cambio se había permitido no desaprobar la totalidad de los aspectos de los regímenes llamados totalitarios, y aún aplaudir los "mensajes" que condenaban lo que tanto mal nos ha hecho.
 Era todo rectitud, orden y disciplina: y era irreprimible.
Había intentado con sus escritos, con su actitud y con su influencia, elevar una moral ante un torrente de amoralidad.
Bajo considerandos ficticios, fue perseguido por sus virtudes. En no sin gran analogía de circunstancias fue condenado Sócrates por los Atenienses a beber cicuta. Ruptura de incompativilidad entre un hombre que permanece de pie y una sociedad que se acurruca.
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Estamos en 1951. ¿Existe alguna posibilidad de que, en una serenidad futura, la Verdad y la Justicia tomen de nuevo lugar en la Historia?





             

                                                                   MARTHA STUTZ

Martita está ligada a mis recuerdos de infancia. Fallece el 20.11.1938. Fue un asesinato RITUAL.












MARTITA OFELIA, VÍCTIMA RITUAL
Por el R.P. Leonardo Castellani S.J.

  En el natal de 1938 sacudió a esta nación un caso criminal que parece una verdadera historia de fantasmas. No porque sea un caso único en los anales policíacos, que conocen la hazaña clásica del que llaman sexual-maníaco y yo llamo espiritado, sino porque reveló de un modo fantástico, como un baño de hiposulfito, la Argentina fantasmal y la Argentina fantasmagórica, que surgió como un espectro ya imborrable a la mente de todos los argentinos adultos (que son pocos hoy día), tanto de los que creen como de los que no creen en fantasmas. Para mayor exactitud, el culpable del rapto, ultraje y muerte de Martita Ofelia Stutz –sea quien sea- escapó demoníacamente a esa ínfima sanción y vindicta social que es la pobre justicia de la Justicia humana; hoy día está vivo y en libertad –sea quien sea-, quizá rico, quizá (porqué no?) gobernando en este país (¿qué sabemos?), quizá predicando la moral por radio, y  haciendo de vocal (y de presidente ¿por qué no?) de algún Consejo Escolar o de Sociedad Filantrópica. ¿No era un hombre vivo? ¿No era un hombre de recursos? Y ¿quiénes gobiernan este país desde Roca a esta parte?
   Fue un crimen atroz, no se puede pensar en él; y, sin embargo, hay que pensar lo mismo. Parece sacado del monólogo del Gran Inquisidor de Dostoiewski; tiene refinamientos blasfemos de dolor desesperante, y combina rasgos absurdos y grotescos, todo mezclado, como las carcajadas y silbidos del Mefisto de Arrigo Boito. ¡Y muchos creen que las cosas de la Argentina se pueden arreglar con un Primo de Rivera criollo, con unos cuantos decretos incisivos de militares bienintencionados! No digo que eso no sea bueno para empezar: pero no estará acabado hasta que se expíe a Martita Ofelia. Créanme, nuestra lucha aquí no es contra la carne y la sangre, sino contra las tinieblas éstas, las potestades invisibles que pueblan la región del aire y que nos envenenan desde que nacemos, como una fábrica de azufre y de peste, al aire, el agua y el pensamiento: Yo estaba en el Chaco santafecino cuando pasó esto: Un paisano de allá me dijo: “Padre, todo esto viene de la herejía. La gente, en general, hoy día es demasiado hereje”. Hereje, en la lengua popular criolla, significa cruel, o desalmado, no pecador contra la fe.  Pero el peón dijo más de lo que supo…aunque tal vez no, porque se llamaba Obregón, y tiene toda la teología en la sangre.
   Martita Ofelia continúa inexpiada; el bofetón del demonio a toda inocencia y toda paternidad, continúa enrojeciendo de sangre y fuego cárdeno el crepúsculo de la patria.
   El domingo 20 de noviembre de 1938, los diarios de Córdoba, negligiendo la guerra civil de España  y las andanzas de Daladier, vociferaban encabezamientos: “El rapto de una niña de 9 años moviliza toda la policía. Una niña ha desaparecido misteriosamente.” Debajo, está el retrato a media página de Marta Ofelia, esa carita redonda con una sonrisa breve que durante un mes obsesionaría al país. Esa sonrisa grave que muestra dos incisivos grandes; carita de conejo blanco, de durazno maduro, llena de candor, sobre un tórax y un cuello macizos y desarrollados. ¡Nueve años!” Esa imagen debía fluctuar tiernamente durante un mes delante nuestros ojos, para disolverse después en la nada, dejándonos abierta una congoja sorda, que a veces parece remordimiento, a todos los que hemos elegido conscientemente la gloria y el dolor de seguir perteneciendo a este país enfermo.
  El drama de Martita Ofelia se abre como un prólogo de sainete y novelón policíaco, quiere perderse en un intermezzo fatigado, estalla en un golpe de peripecias trágicas, y al fin, se disloca en una farsa histérica poco noble. Desenlace: nada.
   Apenas lanzada la ruidosa nueva, se produce en la policía y el público un período de agitación febril, que daba la impresión de que la policía estaba embalada; como lo estaba, en efecto, y algo más serio aún, según apareció luego. Se multiplican las disparadas en todos sentidos y los palos de ciego, llueven las cartas anónimas (3.000 al fin de la pesquisa) pidiendo rescate o dando datos falsos, y entra en escena un pintoresco cuanto desdoroso equipo de astrólogos, videntes y psicómetras, mientras el pueblo muestra la natural reacción de compasión y de ira; y empieza a bullir, por otro lado, la industria nacional de la politiquería.
   Al otro día de la alarma, fue detenido un tal Sabattino, de quien constaba que había vendido una revista a la niña al desaparecer ésta; y la policía se había precipitado en pos de una voiturette verde. En la que según un telefonazo anónimo de Cruz del Eje, se había visto pasar cuatro hombres con una criatura arropada volando hacia La Rioja, a no ser que fuera hacia San Juan o Mendoza.  Este coche (que al fin resultó filfa), junto con la misteriosa “mujer alta y rubia” que habría interpelado ese día a la nena perdida, polariza toda la atención policial y la trae al  retortero durante casi un mes. Chóferes uniformados baten todos los caminos reales, vuelan por la ruta de Pajas Blancas, interrogan nerviosamente los ranchos linderos… Se requisan todos los autos de San Martín; el intendente presta los suyos. Se multiplican los datos contradictorios. La gente que ha visto mujeres rubias y autos verdes o entreverados, aumenta hasta enloquecer…
  “Por San Luis huyen los raptores”. “Están en Rosario”. “Los han visto en Ascochinga”. “¡Martita Stutz está en San Fernando! “Van hacia San Juan!
   Fallan al mismo tiempo, los allanamientos de quintas de amigos de Sabattino, el cual guarda actitud imperturbable, mientras su mujer no aparece por ningún lado. Las comparsas estorban enormemente: los detectives aficionados, los astrólogos enigmáticos y los viejitos depravados que, asustados, ponen barba en remojo, y a veces se destapan ellos mismos de puro miedo. Los directores de El País y Los Principios saben varias historias tragicómicas al respecto. Entretanto, la policía comienza a confesar que, después de haber perdido la sangre fría, está perdiendo el ánimo. El desolado padre de Marta escribe a los diarios ofreciendo rescate y perdón al feroz raptor, probablemente el mismo día que la inocente víctima pisoteada va a morir. “Aquí ha faltado desde el comienzo un gran pesquisante, dicen con suficiencia los diarios, y Viancarlos se moviliza desde Buenos Aires. El psicómetra Lucio Berto toma actitudes meditabundas (delicia de repórters gráficos), se presta a innúmeras entrevistas, suelta respuestas sibilinas y merece un comunicado especial de la Secretaria de turno, juez Wenceslao Achával, notificando al público que “sus valiosos servicios, coronados de éxito en otras investigaciones, han sido puestos a contribución de la Justicia en este intrincado caso”; que si fue una broma, no fue éste el lugar, y si eran veras, menos todavía. Un psico-rabdo-mante lituano, por no ser menos, tiene la revelación de que la niña está a dos cuadras de la plaza San Fernando. Crítica anuncia con erudición:
                    “Como los antiguos caldeos, el juez Achával emplea la astrología”
  ¿Qué extraño, pues, que en esos días aparezcan en los diarios serios de Córdoba avisos como el siguiente, que textualmente transcribimos?; (trascribe un cuadro gráfico en que se anuncia la presencia del Prof.. Indo-Fakir y su señora Teytu-en Estudio privado, calle Baigorri 950-Alta Córdoba. Ómnibus 13 y tranvía 3 a la esquina. Dice algo más sobre las especialidades que ofrecen. Somos gente seria)     (Abrevio el contenido.)
      Que lo respetaban las autoridades no había duda: la profesión de golpe había ascendido los estrados de Themis. Que era gente seria, es otra cosa. El Indo-Fakir era, probablemente, como el famoso Raumsol, algún gallego vivo, bautizado Morriño o Gutiérrez. Este golpe de sainete termina la primera parte del doloroso caso, el cual cede el paso a un intermezzo triste.
--Las tres pistas seguidas van hacia el vacío. ¿Sabattino y la mujer rubia? ¿La mafia que mató a Abel Ayerza? (¡no olvidarlo! Yo) ¿Un sexual-maníaco?......
  ( Pasando por encima de páginas explicativas me detengo en el 19 de diciembre de 1938)
El 19, bruscamente Suárez Zabala anuncia que Martita ha muerto de una puñalada al corazón….La inocente mártir no será vista más en este mundo; su cuerpo profanado ha sido reducido a cenizas.
  (Siguen un vaivén de confesiones inciertas y confusas….)
  Renuncias, sospechas y acusaciones gravísimas. Renuncia el Jefe de Policía Auchter ...........
(una noticia que parece muy de nuestros días. Agrego yo :)
Vidone, el ladrillero está gravísimo: estando atado y engrillado, ha sido molido a patadas y a golpes por un grupo de policías; ha sido sometido a una máquina eléctrica de hacer cantar…El público asevera, persistente, que ha sido muerto, no para hacerlo hablar, sino para hacerlo callar.
  El diario Córdoba publica: “denunciado el rapto de Marta, la policía inició una sensacional pesquisa;” “Removió cielo y tierra, alborotó, escandalizó”, “Allanó, atropelló, torturó…”; “Y mientras distraía la atención del pueblo, ayudaba al raptor a borrar los rastros del crimen” (Táctica usada desde tiempos inmemoriales-yo)
---La desgracia de la niña mártir  y de su familia, que, juro al Dios Vivo, fue desagracia de toda la familia argentina.----
 Y dice Castellani: La grita de los diarios liberales cuando se descubrió lo de las torturas de Vidone resulta hipócrita y ridícula. Todos saben que la tortura ilegal existe, y deben saber que ella resulta rebote inevitable del régimen penalista erróneo que produjo y alimenta el sentimentalismo liberal. La Asamblea del año XIII suprimió las torturas; pero no suprimió ni los criminales ni la policía.
…Comenta Castellani: Visitando en 1934 el Museo de los Horrores de Nuremberg, me dijo un gran jurista europeo, el domínico Renard, una sentencia notable:
 “La Edad Media ocultaba el crimen y ostensionaba el castigo; y hacía ostentación del castigo para posible corrección del culpable y, en todo caso, para gloria de Dios y enseñanza del pueblo…
  “La Edad nuestra oculta el castigo y re-super-publica el crimen; y el crimen, así vehículizado en publicidad macabra, se convierte en una imagen obsesiva morbosamente atractiva para el pueblo y altamente ofensiva a Dios. (Esta forma obsesiva, morbosa, se usa continua y diariamente hoy día, 2016 en los medios de comunicación, yo)
…….Sigue Castellani: Nos han falsificado nuestras instituciones. Han roto nuestra tradición moral y política. Nos han impuesto desde afuera instituciones exóticas (incurriendo en el sofisma del “trasplante de constituciones” de que se burla Aristóteles al final de su Ética), instituciones inadaptadas a nuestras costumbres, nuestra idiosincrasia y nuestras creencias, y que son hijas de otros climas poco ortodoxos.
……El hombre moderno, hijo de la Protesta, no cree más que en el experimento, ignora las certezas morales y metafísicas. Loco por la técnica y emborrachado de falsa democracia,……
……Otro ejemplo. ..“Nuestra gente se había habituado al modo de pensar latino. Se necesitan siglos para un hábito tal. Los siglos allí estaban. Vinieron unos desmadrados, como aquel de quien Carlos Obligado dice “gran escritor y bárbaro absoluto”, y por darnos el modo anglosajón, quitaron el latino. El resultado: ahora no tenemos ninguno. No hay estilo de pensar argentino, somos copistas; y a esta hora debería haber un modo de pensar argentino. No digo que no hay argentinos muy inteligentes; más aún, en general, el argentino es inteligente. Pero ya no tiene pensamiento. Nuestros padres próximos pensaban que bastaba atosigarse de Renán o de Bourget, de revistas y libros franceses para ser cultos. ¡Qué ingenuidad fatal! La cultura es una planta: la tenemos sin raíces.

(Extraído de “Proceso a Partidos Políticos” del Rev. Padre Leonardo Castellani- S.J. (Bs.As. 1982)



ROMANCE DE MARTITA OFELIA  por el P. Leonardo Castellani

Martita Stutz, ¿será cierto
que no hay infierno?
Martita Stutz, por lo menos
yo estoy seguro que hay cielo.

Hubierais visto la entrada
    de Martita Stutz en el cielo!
San Dominguito del Val,
    que mataron los hebreos,
Justo y Pastor que mataron
   los fachistas de aquel tiempo.
El Santo Niño Pelayo
   muerto por los sarracenos.
Santa Inés, muerta de niña
   por un lascivo frenético,
Y los Santos Inocentes
   que por el Niño murieron.
(Cristo a nosotros nos salva,
    y a Cristo salvaron ellos.)
Con los niños bautizados,
    que son flores del séquito,
Con las vírgenes intactas,
    con las madres que cumplieron,
Brincan y gritan y chillan
    y con bulla de  jilgueros
En torno de un gran soldado
    que porta dormido un cuerpo.

Entonan el coro antiguo,
inventan un coro nuevo.

“Como una madre bañando
su niñito desnudito,
San Sebastián trae un cuerpo
muerto como un pajarito,
que viva Martita Stutz.”

San Sebastián pisa fuerte,
Como haciendo el ejercicio,
Y el cuerpo está recién hecho
Por Santa Inés y Tarsicio,
Que viva Martita Stutz.

“El cuerpo está recién hecho
nieve, nácar, rosa y luz.
La niña viene durmiendo
Con los bracitos en cruz,
que viva Martita Stutz.”

La Virgen besa sus ojos
     para borrar lo que vieron.
El Niño Jesús le pasa
     las manitos por el pelo,
Y el Niño Jesús le dice,
     del regazo descendiendo:
“Vamos a jubal, Martita
     -tironeándola de un dedo-.
No te avergüences de nada,
       que sin quelel vos te hicielon.”

Pero Martita no juega
       ni en la tierra ni en el cielo.
-“De la tierra en que he nacido
       -dice Marta-,  me avergüenzo.”
Y se pone de rodillas
       entre el coro boquiabierto.
 “Vamos a jubal, Martita
       -de noche nomás yo rezo-,
Hora es tiempo de jubal,
       vamos a jubal primero.
-“Hora es tiempo de rezar
       por el argentino pueblo,
Y los que son para más,
      besen la cruz del acero.”
Y se puso de rodillas
      Martita Stutz en el cielo.
-“Ruego a Dios, que me ha sacado
       de un horror que no recuerdo,
Que no castiguen al monstruo
       que vi en el mal sueño, sueño.
-“Martita, Martita, calla;
       Martita, ¡no pidas eso!
Eso es crueldad excesiva,
       peor  que matarlo a tormentos.”
-“¿Qué pedir al Niño, entonces,
       en el primer dulce encuentro?
-“Pide, Marta, por la tierra
       donde reposan tus huesos.
La Conferencia de Lima
      con los premios, y los premios,
Y los premios literarios
      y el progreso y el progreso.
La Avenida, el Obelisco,
      la democracia y el crédito.
El libro criollo en París
      y el libro francés-porteño.
La prensa mejor del mundo
      y el libro barato a un peso.
Las elecciones frecuentes
      y los gordos presupuestos.
Mar del Plata,  las ruletas,
       el Hipódromo, el Congreso,
La plata en poder de pocos
       y la Escuela del Gobierno…”
-“Y yo qué sé de política?”
       -dice Martita sonriendo.
-“Es que con tu vida, Marta,
         compramos ese progreso.
Ese progreso epatante,
        todo ese progreso inmenso,
Con sangre y almas de niños
       pagamos ese progreso.
Tú no sabías Martita,
       los avances del progreso.
Tú naciste en esta tierra,
       bandera color de cielo.
Te enseñaron qué es la Patria,
       que es amor como el paterno.
Te decían en la Escuela
       que hay que amar el patrio suelo.
Que Dios mismo lo mandaba,
       que es de Dios como un reflejo…
Saliste un día a la calle;
       cayó sobre ti el infierno.
Hora veremos qué dice
       la sangre del criollo pueblo.
¡Oh Dios, que no hagan discursos,
       que alce un grande y noble gesto!
¡Oh, que limpien los que pueden
       la forma de nuestro ensueño!”
-“Mi misión –dice Martita-,
        ha de ser rogar por eso.”
-¡Oh Dios, escucha a Martita
        y el grito de todo un pueblo!
¡Que no caiga sobre todos
     lo que unos cuantos hicieron!”

( “ROMANCES PARA CIEGOS” – del Padre Leonardo Castellani , S.J.)
“Martita Ofelia y otros cuentos de Fantasmas” Jerónimo del Rey
con prólogo de Mons. Gustavo J. Franceschi   -  1944

Se refiere al asesinato de MARTA OFELIA STUTZ, Víctima Ritual, ocurrido en Córdoba el 20 de noviembre de 1938 “El rapto de una niña de 9 años moviliza toda la policía….” ----Martita Ofelia continúa inexpiada; el bofetón del demonio a toda inocencia y toda paternidad, continúa  enrojeciendo de sangre  y  fuego cárdeno el crepúsculo de la patria.” 1944 (y así hoy año 2014.)
(Y aún hoy enero de 2016, con muchas otras misteriosas muertes más)Nota mía. 


Martita entró a formar parte de mis recuerdos de infancia: No fuí amiga  ni jugué con ella. Yo tenía 5 años, ella 9. Tengo que haber escuchado, sin participar en ellos, los comentarios, que pulularían anonadados, en el momento de la tragedia. Esa Navidad fue sin duda una fiesta dominada por la congoja, el dolor y el llanto de la gente. Vibró Córdoba y con ella toda la Argentina. Largos y pesarosos días evidenciaron que la niña no aparecería más.  Ella seguía presente pues recibiamos los niños las constantes advertencias; si salíamos a la calle por algún motivo, se nos prevenía "cuidado, mirá lo que le pasó a Martita Stutz" A esa edad no se tiene conocimiento de la muerte, se intuye, y este era mi primer contacto con el misterio. Fue mas tarde que, cual eco terrorífico, dilucidé la vastedad del drama vivido entonces.             Delia

 
Padre JOSÉ FELIPE BUTELER MARTÍNEZ
Nació el 21 agosto de 1887- Falleció el 23 d noviembre de 1948



Nació en Los Molinos de Calamuchita,Pvcia. Córdoba. Hijo de Don Diego Buteler Torres y Doña Matilde Martínez. Hijo, nieto y bisnbieto de argentinos;descendiente de un inmigrante irlandés que hueyendo de la persecución protestante se afincó en Córdoba, Argentina.
Tuvieron 15 hijos entre los cuales José era el 6º. Fueron 6 los que siguieron la vida religiosa: José Leopoldo,cura Párroco de Marcos Juárez; luego de Río Cuarto desde 1934 hasta el 22 de julio de 1961, en que fallece. Sepultado en la Catedral de dicha ciudad. Justa Matilde, ingresó a la Congregación de Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, como hermana Catalina de Jesús. María del Pilar, consagrada en la Congregación de Adoratrices Argentinas. Alfonso María Seminarista en Córdoba, perfeccionó sus estudios en la Universidad Gregoriana de Roma. Celebró su primera misa sobre la tumba de los SS. Apóstoles Pedro y Pablo. Fue Cura Párroco de Ballesteros. Rector del Seminario Mayor de Córdoba. Fundador de la Acción Católica de Córdoba. Obispo de Mendoza desde 1939 al 30 septiembre de 1973, en que fallece. Sus restos enterrados en la Catedral de Mendoza. José Felipe, ingresó al Seminario Conciliar N.Sra de Loreto de Córdoba a los 13 años, en marzo 1900, recibiendo enseñanza de latín y humanidades.Funcionaba el Seminario en predios propios detrás de la Catedral . 
Fue Párroco en Villa Nueva desde el 2 de marzo de 1915 hasta el 1º mayo  1932.En ese lapso se fundaron las capillas de Sanabria, Ausonia, La Laguna y del Colegio de las hermanas Franciscanas. Párroco de Alta Gracia y Vicario Foráneo desde el 25 abril 1932 hasta 23 noviembre 1948 en que falleció.Su curato se extendía 100 km de ancho desde el naciente, cerca de Río Segundo, hasta el filo de la Sierra de Achala por el poniente; 50 km desde Malagueño al norte, hasta Santa Rosa y San Agustín por el Sur.Lo vieron pasar las sierras, los ranchos, todos los senderos.Se sentaba junto a los serranos, los conversaba y los convencía.Firme, erguido, constante, iba difundiendo su acción de apóstol, hecho de renunciamiento generoso y nunca vaciló ante el sacrificio. Fue tanto su celo, su empuje, que fundó doce capillas en el lapso de su función de párroco en este curato. Construyò las capillas de Monte Ralo, Despeñaderos, San Antonio, Rafael García, Lozada, La Serranita, Paso de Garay, Loma Alta, Champaquí, Villa Oviedo en Alta Gracia; amplió y restauró las ya existentes de Cosme y Falda del Carmen; inició la construcción de las capillas de Anizacate y San Clemente.
  Enfermó de cáncer y falleció el 23 de noviembre de 1948, soportando con entereza una dolorosa y proongada agonía. 
Del Prólogo del P. Nelson Dellaferrera:" (...) es reconocer el valor de la obra pastoral y lieteraria de Buteler en nuestra diócesis y en el país. Junto a otros sacerdotes de la talla de José Anselmo Luque, Pablo Cabrera, Pío Angulo, Leopoldo Buteler y otros que consolidaron el Seminartio, siguiendo la obra iniciada por Uladislao Castellano; levantaron la Casa de Campo en Los Molinoa y cosntruyeron su nueva sede en la Ciudad; evangelizaron la cultura y pusieron las bases de la Acción Católica. Estos hombres virtuosos fueron testigos del Señor en la Universidad, en las sierras de Calamuchita, en las regiones del sur cordobés, entonces notablemente influenciado por la masonería. Medio siglo es testigo de sus obras.



Una Anécdota: Al terminase la construcción de la "primogénita", como la llama Buteler, capillita de Paso de Garay, parte hacia el lugar cargado de bultos para ornar la misma. La familias de Alta Gracia con suma bondad le regalaron, candelaeros, floreros, manteles, imágenes. La de la Virgen de Mercedes, que sería la Patrona del Oratorio, se la regalaron las hermanas de la Misericordia.Con la Virgen iba un lindo Niño Dios, que no quiso dejar sola a la Madre, una Virgen del Carmen, y una Teresita del Niño Jesús, los primeros inquilinos del humilde oratorio.Dice Buteler:"la dueña de casa (la Virgen de Mercedes) se inició en Paso de Garay, haciendo de las suyas. Reinaba una sequía espantosa. Tras un invierno muy escaso en lluvias, había entrado una primavera sin agua. Ni un aguacero hasta entonces. El estado de los campos y de las haciendas, era lastimoso. Las quebradas y laderas de las sierras, que a esa altura del año, fines de noviembre, suelen estar vestidas de un verde oscuro, estaban todavía envueltas en el capote gris que lucen en invierno.(...)en un momento uno de ellos dice que le había parecido ver un refucilo para el lado del Champaquí. En el cielo lucían todas las estellas, las grandes y las más menuditas, porque no había luna. ¡Ni una seña de agua.(...) al rato anuncian que viene un tormentón de la esquina; suponen que antes de dos horas tendrán agua y mucha.(...) entonces el P. Buteler dice: "Es la primera bendición con que la Reina de Mercedes premia a sus buenos hijos de Paso de Garay.¡Es la primera y no será la última! ¡Si sabré yo a quién les traje de Patrona!"  (...) hasta las cabras anunciaban el agua:"la majada bala mucho y se está cambiando al cerro de enfrente, donde hay más casas de piedra. Las cabras no se equivocan nunca. Cuando hacen esas mudanzas, hay que entrar los aperos y guardar las guascas bajo techo.¡Seguro que llueve!" Dos horas después se cumplían los pronósticos de las cabras. Se inició el aguacero con unas gotas menuditas y tupidas que se hacían chispas al caer sobre la piedra, y esparcían por el aire un olorcito húmedo y fresco, delicioso. El aguacero fue tomando cuerpo, y la malla de hilitos ralos de cristal con que se inició, fue estrechando su urdimbre, hasta convertirse en una gruesa cortina que caía al suelo produciendo un ruidazo infernal. Llovía sin medida y sin viento. Llovía enloquecidamente. Llovía con rabia. Yo empecé a temer por la seguridad de mi modesta persona.A ocho metros de mi pieza pasaba unos de estos arroyos borrachos, haciendo estas manifestaciones de desenfrenada alegría. Le plantié el caso a mi gran amigo, don Ramòn. Debo decir, de paso, que para mí don Ramón no se equivocaba nunca. Se sonrió de mis temores, y me contestó dulcemente:- Deje que llueva, señor Cura. Es agua que nos manda nuestra flamante Patrona, Nunca será para nuestro daño. El arroyo sabe muy bien cual es su recorrido.
de "La Cruz en la Sierras Grandes" Recuerdos Serranos. del Padre José F. Buteler Martínez.




DICIEMBRE  



GABRIEL GARCIA MORENO
PRESIDENTE DEL ECUADOR- (MÁRTIR)  


    Nació en Guayaquil el 12 de diciembre de 1821 y murió en Quito el 6 de agosto de 1875.
En la Universidad de Santo Tomás de Quito cursó humanidades, filosofía y jurisprudencia hasta recibir el título de doctor en 1848. Deseoso de perfeccionar sus estudios en matemáticas y física, por las que sentía inclinación, se trasladó a París. De regreso a su patria y fijada su residencia en Quito, fue nombrado catedrático de matemáticas y física en la Universidad, de cuya institución fue rector en 1856 hasta el siguiente año 1858. Por aquel tiempo dedicado por completo a las ciencias fue adquiriendo un merecido renombre en tan difícil campo de conocimientos, y publicando trabajos que acrecieron su sólida reputación.  En 1857 realizó una exploración al volcán del Pichincha, atrevida en extremo, para determinar las temperaturas de los vapores del mismo, observaciones que vinieron a completar las que publicara en un folleto relativas a otra notable exploración al mismo que llevó a cabo en 1844 descendiendo a gran profundidad por el cráter del volcán y cuyos resultados fueron acogidos con satisfacción por los hombres de ciencia, especialmente por Humboldt, que cita este trabajo encomiándolo notablemente. También por esta época publicó su Defensa de los jesuitas. Comenzó desde entonces a figurar en política. En 1847 al descubrirse una revolución que debía estallar en Guayaquil, fue mandado allí García Moreno con el carácter de gobernador accidental; en 1858, alejado por causas políticas de su patria, volvió a ella en uno de los buques que mandó el Perú para su intervención armada, siendo este proceder considerado por sus adversarios como una imperdonable falta de patriotismo, que le valió el ser proclamado jefe supremo en Quito. Abierta la campaña contra el gobierno de Guayaquil, que proclamar al general Franco, fue asaltada y tomada la plaza por las fuerzas de Flores y García Moreno el 24 de septiembre de 1860, quedando triunfante el último y elegido en la Convención Nacional de 1861 presidente de la República que gobernó de 1861 al 1865. Durante su administración mostró su carácter enérgico. Sus enemigos decían que su proceder era violento, y que su extraordinario espíritu de dominio le hacía en muchas ocasiones prescindir de la ley para realizar su voluntad, convirtiendo su gobierno en una autocracia. Terminado éste y elevado Jerónimo Carrión a la primera magistratura, pasó a Chile como ministro plenipotenciario ante el Gobierno de aquella República. Al renunciar aquél a la presidencia, fue elegido Javier Espinosa, y cuando durante la administración de éste se preparaba para sustituirle al cesar en su cargo del doctor Francisco .Aguirre, promovió García Moreno una revolución destituyendo a Espinosa y elevándose al poder por segunda vez. Una vez en él, expidió una ley, según la cual se fijaba en seis años el período presidencial y se reconocía la reelección, con la que él proyectaba asegurarse el poder para toda su vida. Durante su segunda administración siguió imperando aquel sistema de rigor, por el que aseguró la paz, y la Hacienda pública encontró en él uno de sus mejores administradores, pues su probidad extremada obligaba a los suyos a manejar con la mayor honradez los fondos públicos. Asimismo débensele notables mejoras; fue el iniciador del ferrocarril y a  su iniciativa y esfuerzo se deben la Penitenciaría y la Casa de Artes y Oficios de Quito; el Observatorio astronómico; el Conservatorio, puentes, caminos, edificios para escuelas y colegios; la carretera, apertura y canalización de ríos y otras obras públicas importantes. Propúsose fundar una república genuinamente cristiana, basando su régimen en los principios evangélicos, sin tolerancias ni ambigüedades. Consagró la nación al Sagrado Corazón de Jesús (23.3.1876), fue el primer pueblo del mundo que se consagró), solemnemente y no dejó de prever que había de ser víctima de su entereza. Antes de que en 1875 se reuniesen las Cámaras legislativas y temiéndose con fundamento la reelección de García Moreno, las sectas masónicas organizaron una conspiración, que dio por resultado el asesinato de éste por el capitán Faustino Rayo, quien pagó dicho crimen con su vida.
  En su conducta, muy diversamente juzgada, se evidencian frente a la severidad y en muchos casos dureza de su mando, la buena administración con que gobernó la República, y sus altas condiciones de hombre de clara inteligencia, de valor reconocido y erudito. La memoria de los actos de gobierno representa para las extremas izquierdas una serie de tiranías insoportables, y para las derechas una era de esfuerzos regeneradores en pro del orden, el derecho y los ideales religiosos. Conocía varias lenguas y era, además, poeta, astrónomo y métame tico distinguido. Sus escritos y Discursos fueron publicados por la Sociedad Católica de Quito en dos volúmenes (Quito 1887-1888).
Bibliografía:. Cancio, “Vida del Exmo. Sr. D. García Moreno, restaurador y mártir de la tesis católica en el Ecuador (1889); Alfredo Saénz , “Gabriel García Moreno”-2006; Gálvez, Manuel “Gabriel García Moreno”
 (extraído de la Enciclopedia Espasa-Calpe. .P. Berhte C.S.S.R “García Moreno”; R.P. Gómez Jurado, s.y. ”Mártir García Moreno?
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Vale la pena contar esta anécdota: Otra vez una pobre viuda le contó  cómo un miserable estafador le había robado todo su peculio. Habiendo quedado en la miseria, y no teniendo cómo mantener a sus hijos, se había visto obligada a vender una pequeña propiedad, lo único que le quedaba. El que se la compró le dijo que le iba a pagar dentro de un mes, peo le exigió que enseguida le adelantase el recibo. Ella, que era una mujer sencilla e ingenua, así lo hizo. Pasó un mes, y el comprador se negó a pagarle nada, aduciendo que ella ya había firmado dicho recibo y que, por tanto nada le debía. Llorando, se dirigió a García Moreno, quien no ocultó su indignación. Legalmente nada podía hacer, porque los papeles estaban a favor del delincuente. Entonces lo llamó, y le preguntó si era cierto que había comprado aquella propiedad. Él le dijo que sí. “Esta mujer tiene necesidad de dinero –le replicó el Presidente- y se lamenta de que la hagáis esperar demasiado la suma que le debéis”. El ladrón le juró que ya le había pagado, y en prueba de ello le mostró el recibo correspondiente. Era lo que García Moreno estaba esperando: “Amigo mío –dijo fingiéndose sorprendido-, he hecho mal en sospechar de vuestra lealtad, y os debo una reparación. Hace mucho tiempo que ando buscando un hombre honrado de vuestra especie para un nuevo empleo que voy a crear: os nombro gobernador de Galápagos, y como no conviene que un gran dignatario viaje sin escolta, dos agentes os acompañarán a vuestro domicilio, donde haréis inmediatamente vuestros preparativos de viaje” Luego lo despidió, lanzándole una mirada severa. Las islas de los Galápagos eran unas rocas perdidas en medio del mar, donde sólo había víboras y bestias feroces. El delincuente, desesperado,  hizo llamar a la viuda, le entregó su dinero, y le pidió de rodillas que obtuviese la revocación de la terrible sentencia. Así lo hizo la mujer. “Yo lo había nombrado gobernador –le contestó García Moreno a la señora-, mas ya que tiene tan poco apego a las dignidades, anunciadle que admito su dimisión”.
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Rev.La Tradición nº123- 1975-Padre Hervé Le Lay
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Rev. La Tradición nº 61-1963-Padre Hervé Le Lay


Rev.La Tradición-Julio-agosto 1963-nº 61-Padre Hervé Le Lay

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